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Subtitulado

Características de la traducción audiovisual: ¿por qué no puede cualquiera traducir una película?

Subtitular y traducir para doblaje pueden parecer tareas sencillas desde fuera, asequibles para cualquiera con conocimiento de la lengua original, pero nada más lejos de la realidad. Traducir una película o cualquier tipo de producción audiovisual implica una serie de limitaciones que requieren de unos conocimientos específicos para poder resolverse de forma profesional. 

 

Si quieres saber por qué es tan compleja la traducción audiovisual y por qué requiere de profesionales especializados, sigue leyendo.

 

¿Qué es la traducción audiovisual?

La traducción audiovisual, también llamada TAV, es una modalidad de traducción que tiene como objetivo traducir el texto de un producto audiovisual, ya sea hablado o escrito, para su internacionalización o accesibilidad.

 

Esta modalidad se diferencia del resto en que no solo está condicionada por la forma del texto (registro, extensión, etcétera), sino porque además está subordinada a la imagen y al sonido. Nuestra traducción tiene que adaptarse al canal visual y auditivo para que no haya asincronía, es decir, que no haya un desfase entre cuando se escucha o se muestra el texto del vídeo y cuando se muestra o escucha nuestra traducción. Además, la traducción tiene que adaptarse a unos parámetros específicos que permitirán que el público pueda consumir la traducción de forma natural y fluida y sin perderse la película.

 

Tipos de traducción audiovisual

La TAV abarca varios tipos de traducción con sus propios requerimientos y objetivos. Los más conocidos son el subtitulado, el doblaje, la accesibilidad y la localización de videojuegos. 

Fotograma de la película

Subtitulado

El subtitulado es la traducción de elementos verbales de un producto audiovisual, tanto orales como visuales, en un texto colocado en la parte inferior de la pantalla, con una fuente específica y siguiendo unos parámetros técnicos concretos. Fácil, ¿no? Traduces lo que dicen los personajes y los textos que salen en la película y los pegas en el vídeo… Pues no.

 

Para hacer unos buenos subtítulos, no solo hay que saber traducir bien: hay tener en cuenta otros aspectos, como la duración del subtítulo y la precisión de vocabulario, la segmentación y, obviamente, las reglas de ortotipografía propias del subtitulado (sí, el subtitulado tiene sus propias normas). Además, podemos distinguir los parámetros universales, como son la velocidad de lectura máxima en cada idioma (distinta en niños y adultos) o la cantidad de líneas permitidas, de otros que dependen de clientes y proyectos, como la duración máxima o los caracteres por línea.

 

Un profesional debe tener interiorizada una buena guía de estilo propia y preguntar en cada caso si el cliente tiene la suya. Más adelante os hablaremos de la importancia de la guía de estilo en subtitulado.

Doblaje

El doblaje es la sustitución de los diálogos originales de un producto audiovisual por otros traducidos, interpretados por actores de doblaje en un estudio, que permite la distribución internacional de la producción audiovisual.

 

Este tipo de traducción audiovisual requiere creatividad y minuciosidad. Además de las ya mencionadas limitaciones traductológicas y temporales, el doblaje tiene que respetar la sincronía labial: adaptar la duración y las vocales y bilabiales del texto traducido para que la película no parezca un show de ventriloquía.

 

Hay otras variantes del doblaje, como las voces superpuestas o voice over,  que suele utilizarse más en documentales y realities, o la narración, en la que un locutor que no aparece nunca en pantalla narra en voz en off, también muy común en los documentales.

Fotograma de una escena de la serie

Accesibilidad

La accesibilidad audiovisual es un recurso que tiene como objetivo, como su propio nombre indica, hacer accesibles las producciones audiovisuales tanto para personas sordas como para personas ciegas, mediante el subtitulado para sordos y la audiodescripción, respectivamente. 

 

Aunque pueda parecer muy similar al subtitulado interlingüístico y podamos pensar que no es necesaria una formación específica para hacer tanto SPS como audiodescripciones, no es así. La accesibilidad audiovisual, además, requiere una mayor riqueza lingüística y capacidad de adaptación, puesto que, aunque no haya que traducir, a través de ella se ha de transmitir todo aquello que una persona con limitaciones auditivas o visuales no puede percibir de una forma comprensible, y con un límite de tiempo concreto. No solo consiste en transcribir lo que dicen los personajes: en los SPS hay que marcar los sonidos, las didascalias (si un personaje dice algo llorando, gritando o riéndose) y sintetizar aún más el mensaje para que se ajuste a la velocidad de lectura propia de esta modalidad. Además, la audiodescripción debe realizarse únicamente en los silencios de la obra, por lo que normalmente se ha de condensar muchísimo la información.

El último tipo de traducción audiovisual que hemos mencionado es la localización de videojuegos, que ya no solo tiene las limitaciones vinculadas con la TAV, sino que también requiere de muchísima cultura del videojuego y creatividad para hacer una localización divertida y fiel al original. Los videojuegos contienen doblaje, subtítulos y traducción de interfaces, por lo que es una rama muy completa que requiere tanto de conocimientos específicos como de la aplicación de las técnicas de la TAV tradicional. 

 

Cabe añadir que la localización es un campo muy amplio que incluye otras ramas, como la localización de aplicaciones, de software, etc. Pero no ahondaremos en ellas por no ser estrictamente audiovisuales.

 

¿Por qué los servicios de traducción audiovisual son distintos a los de traducción general?

Ahora que sabéis un poco de teoría, podemos meternos en harina. Como ya hemos dicho, la TAV es una modalidad de traducción que, por sus características, tiene unas limitaciones concretas, ¿pero cuáles son?

Captura de pantalla del programa de subtitulado Eztitles

Requiere de formación y conocimientos específicos

Cualquier persona que haya estudiado traducción puede abordar un texto general porque, durante su andadura académica, ha recibido la formación suficiente para hacerlo. Sin embargo, la modalidad audiovisual requiere una formación adicional.

 

La formación específica es vital: el traductor aprende a afrontar las dificultades traductológicas concretas de la TAV, a manejar herramientas específicas y practica la modalidad en un ambiente que le permite perfeccionar sus destrezas.

 

Uso de herramientas específicas

Como hemos dicho arriba, la formación específica permite adquirir el dominio necesario de las herramientas específicas de la TAV: software de subtitulado y de edición de imagen y vídeo, entre otras. El buen manejo de estas herramientas es clave para que la productividad sea óptima y el resultado, impecable. Conocer a fondo las herramientas permite resolver dificultades e imprevistos: cualquier empresa prefiere contratar a alguien que resuelve los problemas de forma autónoma.

Diferentes tipos de traducción audiovisual, diferentes limitaciones técnicas

Como hemos mencionado antes, hay varios tipos de traducción audiovisual, y cada uno de ellos tiene limitaciones diferentes: 

 

  • Doblaje: debemos ajustar la duración del texto traducido al audio original y respetar la sincronía labial.
  • Subtitulado: debemos respetar normas ortotipográficas específicas del subtitulado, la duración de cada subtítulo tiene que respetar la velocidad de lectura media del idioma meta y las oraciones tienen que estar bien segmentadas. 
  • Accesibilidad: las limitaciones de la accesibilidad dependerán de si tenemos que hacer subtitulado o audiodescripción.
    1. SPS: tenemos que respetar las normas ortotipográficas de la subtitulación convencional y, además, los criterios de colocación y de colores de los subtítulos para sordos.
    2. Audiodescripción: debemos adaptarnos a las limitaciones temporales, describiendo todo aquello importante de una forma clara, concisa y objetiva.
  • Localización: en el caso de la localización, no solo tendremos que enfrentarnos a traducir para doblaje o subtitulado los diálogos de videojuego con las limitaciones que ya hemos mencionado, sino que también hay que adaptar los elementos textuales que aparecen en pantalla, como los menús de opciones, la cartelería, las guías y la información de progreso de la partida, que tendrán que adaptare al espacio ya desarrollado en el videojuego. 

 

Con esto queremos decir que, además de necesitar una formación específica de TAV, cada tipo de traducción audiovisual requiere su propia especialización. No se aplican los mismos criterios en una traducción para doblaje que en unos subtítulos. Por eso, cada profesional de la traducción audiovisual está especializado en uno o unos cuantos de estos tipos. En bbo contamos con especialistas expertas en cada modalidad.

 

Como una producción puede abordar cualquier temática, la traducción audiovisual requiere una amplia cultura general y excelentes técnicas de documentación

En otras especialidades, como la traducción médica, el traductor tiene una temática concreta en la que especializarse y poder profundizar para entender cualquier encargo que se le presente. Sin embargo, en el caso de la traducción audiovisual, al comprender tantos tipos de productos audiovisuales, el control de una temática concreta es bastante complicado.

 

Como especialista en TAV, te puedes enfrentar en un mismo día a un documental de criptomonedas y, al día siguiente, a la tercera temporada de una serie basada en una novela que tiene lugar en un extenso mundo mágico, todo mientras revisas un corto de animación infantil. Por ello, el traductor debe tener una muy buena técnica de documentación para ser capaz de encontrar las mejores soluciones a los problemas derivados de cada temática.

Fotograma en el que aparece el Sr. Burns disfrazado de Jimbo. Está sentado en la mesa del despacho de Skinner mientras habla con él.

Todo se complica aún más al intentar conservar la naturalidad y el registro

A las anteriores limitaciones técnicas, además, añadimos la naturalidad: la traducción debe sonar lo más familiar y fluida posible para el público. En textos legales o científicos, solemos encontrar un registro homogéneo, pero no es el caso de la traducción audiovisual.

 

De hecho, dentro de un mismo producto audiovisual puede haber un grupo de adolescentes góticos desbocados, un equipo de científicos y un matrimonio tradicional de lo más recatado. En los productos audiovisuales, hay que adaptar el registro a la situación y los hablantes para que suene lo más natural posible y que un chaval de 16 años no parezca el señor Burns disfrazado de Jimbo Jones.