Subtitular y traducir para doblaje pueden parecer tareas sencillas desde fuera, asequibles para cualquiera con conocimiento de la lengua original, pero nada más lejos de la realidad. Traducir una película o cualquier tipo de producción audiovisual implica una serie de limitaciones que requieren de unos conocimientos específicos para poder resolverse de forma profesional.
Si quieres saber por qué es tan compleja la traducción audiovisual y por qué requiere de profesionales especializados, sigue leyendo.
¿Qué es la traducción audiovisual?
La traducción audiovisual, también llamada TAV, es una modalidad de traducción que tiene como objetivo traducir el texto de un producto audiovisual, ya sea hablado o escrito, para su internacionalización o accesibilidad.
Esta modalidad se diferencia del resto en que no solo está condicionada por la forma del texto (registro, extensión, etcétera), sino porque además está subordinada a la imagen y al sonido. Nuestra traducción tiene que adaptarse al canal visual y auditivo para que no haya asincronía, es decir, que no haya un desfase entre cuando se escucha o se muestra el texto del vídeo y cuando se muestra o escucha nuestra traducción. Además, la traducción tiene que adaptarse a unos parámetros específicos que permitirán que el público pueda consumir la traducción de forma natural y fluida y sin perderse la película.
Tipos de traducción audiovisual
La TAV abarca varios tipos de traducción con sus propios requerimientos y objetivos. Los más conocidos son el subtitulado, el doblaje, la accesibilidad y la localización de videojuegos.