¿Qué diferencias hay entre closed captions y SDH?
Como ya os decíamos, los términos closed captions y SDH significan lo mismo, puesto que son los términos utilizados para designar el subtitulado para sordos, pero uno se utiliza en EE. UU., Canadá y Australia y el otro, en Reino Unido. Vamos, que la única diferencia cuando comparamos closed captions vs SDH es su uso geográfico, nada más.
Y te estarás preguntando: ¿por qué hay dos términos para referirse a lo mismo? Pues esto se debe a que en Reino Unido, como pasa en España, solo tienen una palabra para hablar de subtítulos (subtitles en inglés), mientras que en Estados Unidos, Canadá y Australia tienen dos: captions y subtitles. La diferencia principal entre closed captions y subtitles para estos países radica en que, para ellos, los subtítulos solo se utilizan en aquellas ocasiones en las que, a pesar de que el público puede oír, les espectaderes no entienden el diálogo, ya sea porque está en otro idioma, el acento es muy complicado de entender o porque se expresa en voz baja. Por el contrario, los closed captions son subtítulos descriptivos que capturan todo el contenido de audio (sonidos, diálogos, música), así como otros indicadores que las personas sordas o con discapacidad auditiva no perciben y han de subtitularse por ser relevantes para la trama. Algunos de esos indicadores descriptivos son los identificadores de personajes o la información contextual como la ironía, lo que en España llamaríamos didascalias.
Entonces, ¿para qué sirven los closed captions?
Los closed captions son subtítulos creados para las personas sordas o con problemas de audición, es decir, que sirven para proporcionar acceso a aquelles usuaries que lo necesiten.
En la actualidad, también existe la opción de activar los closed captions en algunas plataformas de vídeo (YouTube o Vimeo) y redes sociales. Estos también los utilizan otro tipo de usuaries, como gente que quiere ver un vídeo en silencio, aunque el principal objetivo de los subtítulos es hacer que el contenido sea accesible. Sin embargo, la mayoría de CC de estas plataformas y redes sociales suelen ser closed captions generados automáticamente, por lo que la calidad de esos subtítulos es muy baja y llega, en muchas ocasiones, a dar una transcripción errónea de lo que se está diciendo en el vídeo.
Entendemos que se proporcione este servicio porque ayuda a muchísima gente que, de otra forma, no podría consumir la mayoría de los vídeos que existen en internet, pero estes usuaries no tienen por qué conformarse con subtítulos de tan baja calidad. La accesibilidad no es un capricho: es un derecho.
¿Cómo llamamos a los closed captions en español?
En español (tanto en España como en Latinoamérica), llamamos a los closed captions subtítulos para sordos o SPS.
Es cierto que la traducción literal de los closed captions es «subtítulos cerrados» (un término poco esclarecedor, para qué nos vamos a engañar) y que, a pesar de no utilizarse mucho porque los CC suelen ser SPS, sí que se utiliza este término porque, aunque no sea lo más común, existen subtítulos opcionales que no están hechos específicamente para personas sordas.
Eso sí, esto es un poco lío, pero, en España utilizamos indistintamente el término “subtitulado para sordos” para referirnos a los SPS de la norma UNE y los SPS de plataformas (por ejemplo, los de Netflix) que son los que se considerarían closed captions. Sí, ambos se pueden activar y desactivar a conveniencia, pero los de la norma UNE tienen unas características concretas específicas como la utilización de colores para identificar personajes, los sonidos están indicados en la parte superior derecha de la pantalla, etcétera.