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La experiencia de bbo con Baby, la nueva película de Juanma Bajo Ulloa
¿Cómo hacer el subtitulado para personas con discapacidad auditiva en una película sin diálogos? ¿Cómo llevar a cabo la audiodescripción para personas ciegas de una cinta de cine de mudo? Te lo contamos todo aquí.
¿Cómo hacer el subtitulado para personas con discapacidad auditiva en una película sin diálogos? ¿Cómo llevar a cabo la audiodescripción para personas ciegas de una cinta de cine de mudo? «Fue un trabajo muy especial. Encargarnos de la accesibilidad audiovisual de este trabajo supuso todo un reto, no solo porque teníamos que ser capaces de trasladar lo que ocurre en Baby, sino porque no queríamos que se perdiese ni un ápice de ese universo Juanma Bajo Ulloa tan personal». Bego Ballester-Olmos, fundadora de bbo, explica así cómo afrontó su equipo el trabajo de accesibilidad de Baby.
Una de las claves fue contar con los mejores profesionales para esta labor: Ascen Martín Díaz se encargó de los SPS (subtítulos para sordos), y, de la mano de Félix Montes, salió el guion de la audiodescripción. Este último señala que «las audiodescripciones de cine mudo son siempre estimulantes. No estamos limitados por los diálogos, pero sí por elementos que deben ser respetados, como el peso dramático de los silencios, la banda musical, los efectos de sonido, el ritmo… y eso sin olvidar la objetividad».
Algo similar explica Ascen Martín Díaz, que dice que «al hacer los subtítulos para sordos de una película de terror, los sonidos, la música y los gestos son igual de importantes, o más, que los diálogos. Pero cuando recibes una peli de terror sin diálogos y que, además, rezuma el universo de Juanma Bajo Ulloa, la cosa se puede complicar». Es en todos esos efectos sonoros mencionados en lo que es necesario centrarse, pero «sin excederte, para no saturar al espectador con información que en algunos casos no es necesaria».
¿Cómo hacer el subtitulado para personas con discapacidad auditiva en una película sin diálogos? ¿Cómo llevar a cabo la audiodescripción para personas ciegas de una cinta de cine de mudo? «Fue un trabajo muy especial. Encargarnos de la accesibilidad audiovisual de este trabajo supuso todo un reto, no solo porque teníamos que ser capaces de trasladar lo que ocurre en Baby, sino porque no queríamos que se perdiese ni un ápice de ese universo Juanma Bajo Ulloa tan personal». Bego Ballester-Olmos, fundadora de bbo, explica así cómo afrontó su equipo el trabajo de accesibilidad de Baby.
Una de las claves fue contar con los mejores profesionales para esta labor: Ascen Martín Díaz se encargó de los SPS (subtítulos para sordos), y, de la mano de Félix Montes, salió el guion de la audiodescripción. Este último señala que «las audiodescripciones de cine mudo son siempre estimulantes. No estamos limitados por los diálogos, pero sí por elementos que deben ser respetados, como el peso dramático de los silencios, la banda musical, los efectos de sonido, el ritmo… y eso sin olvidar la objetividad».
Algo similar explica Ascen Martín Díaz, que dice que «al hacer los subtítulos para sordos de una película de terror, los sonidos, la música y los gestos son igual de importantes, o más, que los diálogos. Pero cuando recibes una peli de terror sin diálogos y que, además, rezuma el universo de Juanma Bajo Ulloa, la cosa se puede complicar». Es en todos esos efectos sonoros mencionados en lo que es necesario centrarse, pero «sin excederte, para no saturar al espectador con información que en algunos casos no es necesaria».
José Luis Herranz, supervisor de la audiodescripción, se refiere, por ejemplo, al inicio de la película, y comenta que «está llena de acontecimientos y de simbolismos. Félix Montes, el guionista, se vio obligado a moverse entre la exigencia de mostrar al usuario lo que está ocurriendo y al tiempo no ocultar con la voz de nuestro locutor, Jonathan González, el ambiente de la película». Y especifica que «el trabajo estará bien hecho, no si la acción tiene un reflejo inmediato en el guion, sino si, colocando esa descripción antes o después, el destinatario tiene toda la información que el director de la película está ofreciendo, sin superponerse a los elementos dramáticos». Al igual que una película es en parte ritmo, la audiodescripción también debe serlo, por lo que, tal y como cuenta José Luis Herranz, debe evitar «una sobreabundancia seguida del vacío». «Esto podría provocar desde la sensación de que la audiodescripción ha desaparecido hasta un agotamiento en la percepción del usuario, que se ve desbordado por varios minutos de locución. Una secuencia visualizada correctamente por el público con discapacidad visual define un buen trabajo, no un paralelismo entre la acción y la locución».
En cuanto a la locución, José Luis Herranz explica que buscaron huir de una curva melódica repetitiva. «Queríamos lograr las inflexiones adecuadas para que la escucha fuera amena, pero sin caer en excesos de interpretación. Buscamos estar en sintonía con el carácter de cada obra. Esperamos que los usuarios de la audiodescripción no reparen en nosotros, sino en esta bella historia».
Ascen Martín Díaz vio la película dos veces antes de empezar a trabajar en ella, para ir anotando lo que era imprescindible y lo que no. «Al no haber diálogos, hay que crear la tensión, el suspense y el miedo con los efectos sonoros: unos pasos que se acercan o el goteo de un grifo; y con la banda sonora que, de repente, cambia de una música apacible y tranquila a una melodía escalofriante, de esas que te hacen taparte los oídos porque así no te asustas... o eso te crees tú». Ella explica que tuvo en cuenta todos estos pequeños detalles para hacer unos SPS que cumplen la Norma UNE y que ofrecen al espectador un visionado de la película sin exceso de información.
José Luis Herranz, supervisor de la audiodescripción, se refiere, por ejemplo, al inicio de la película, y comenta que «está llena de acontecimientos y de simbolismos. Félix Montes, el guionista, se vio obligado a moverse entre la exigencia de mostrar al usuario lo que está ocurriendo y al tiempo no ocultar con la voz de nuestro locutor, Jonathan González, el ambiente de la película». Y especifica que «el trabajo estará bien hecho, no si la acción tiene un reflejo inmediato en el guion, sino si, colocando esa descripción antes o después, el destinatario tiene toda la información que el director de la película está ofreciendo, sin superponerse a los elementos dramáticos». Al igual que una película es en parte ritmo, la audiodescripción también debe serlo, por lo que, tal y como cuenta José Luis Herranz, debe evitar «una sobreabundancia seguida del vacío». «Esto podría provocar desde la sensación de que la audiodescripción ha desaparecido hasta un agotamiento en la percepción del usuario, que se ve desbordado por varios minutos de locución. Una secuencia visualizada correctamente por el público con discapacidad visual define un buen trabajo, no un paralelismo entre la acción y la locución».
En cuanto a la locución, José Luis Herranz explica que buscaron huir de una curva melódica repetitiva. «Queríamos lograr las inflexiones adecuadas para que la escucha fuera amena, pero sin caer en excesos de interpretación. Buscamos estar en sintonía con el carácter de cada obra. Esperamos que los usuarios de la audiodescripción no reparen en nosotros, sino en esta bella historia».
Ascen Martín Díaz vio la película dos veces antes de empezar a trabajar en ella, para ir anotando lo que era imprescindible y lo que no. «Al no haber diálogos, hay que crear la tensión, el suspense y el miedo con los efectos sonoros: unos pasos que se acercan o el goteo de un grifo; y con la banda sonora que, de repente, cambia de una música apacible y tranquila a una melodía escalofriante, de esas que te hacen taparte los oídos porque así no te asustas... o eso te crees tú». Ella explica que tuvo en cuenta todos estos pequeños detalles para hacer unos SPS que cumplen la Norma UNE y que ofrecen al espectador un visionado de la película sin exceso de información.