José Luis Herranz, supervisor de la audiodescripción, se refiere, por ejemplo, al inicio de la película, y comenta que «está llena de acontecimientos y de simbolismos. Félix Montes, el guionista, se vio obligado a moverse entre la exigencia de mostrar al usuario lo que está ocurriendo y al tiempo no ocultar con la voz de nuestro locutor, Jonathan González, el ambiente de la película». Y especifica que «el trabajo estará bien hecho, no si la acción tiene un reflejo inmediato en el guion, sino si, colocando esa descripción antes o después, el destinatario tiene toda la información que el director de la película está ofreciendo, sin superponerse a los elementos dramáticos». Al igual que una película es en parte ritmo, la audiodescripción también debe serlo, por lo que, tal y como cuenta José Luis Herranz, debe evitar «una sobreabundancia seguida del vacío». «Esto podría provocar desde la sensación de que la audiodescripción ha desaparecido hasta un agotamiento en la percepción del usuario, que se ve desbordado por varios minutos de locución. Una secuencia visualizada correctamente por el público con discapacidad visual define un buen trabajo, no un paralelismo entre la acción y la locución».
En cuanto a la locución, José Luis Herranz explica que buscaron huir de una curva melódica repetitiva. «Queríamos lograr las inflexiones adecuadas para que la escucha fuera amena, pero sin caer en excesos de interpretación. Buscamos estar en sintonía con el carácter de cada obra. Esperamos que los usuarios de la audiodescripción no reparen en nosotros, sino en esta bella historia».
Ascen Martín Díaz vio la película dos veces antes de empezar a trabajar en ella, para ir anotando lo que era imprescindible y lo que no. «Al no haber diálogos, hay que crear la tensión, el suspense y el miedo con los efectos sonoros: unos pasos que se acercan o el goteo de un grifo; y con la banda sonora que, de repente, cambia de una música apacible y tranquila a una melodía escalofriante, de esas que te hacen taparte los oídos porque así no te asustas... o eso te crees tú». Ella explica que tuvo en cuenta todos estos pequeños detalles para hacer unos SPS que cumplen la Norma UNE y que ofrecen al espectador un visionado de la película sin exceso de información.